Hoy me siento a escribiros este mensaje con un nudo en la garganta y el corazón abierto.   Después de nueve años caminando junto a vosotrxs, Hemper cierra sus puertas.   No ha sido una decisión fácil. Ha sido una decisión llena de reflexión, de conversaciones honestas, de mirar hacia dentro y aceptar que, a veces, los caminos más hermosos también tienen un final.   Todo empezó con un viaje a Nepal. Fuimos en busca de respuestas para un trabajo de investigación, pero encontramos mucho más: una fibra noble como el cáñamo, una comunidad con una sabiduría ancestral, una forma de hacer las cosas con alma.   Ahí nació Hemper. Un sueño que no quería ser solo una marca de moda, sino una declaración: de que sí se puede hacer las cosas de otra manera, de que la artesanía tiene futuro, de que la sostenibilidad tiene que ir de la mano del impacto social.   Junto a vosotros, fuimos sembrando algo único.    Creamos más de 10 talleres en Nepal, construimos una cadena de valor justa y regenerativa, formamos a comunidades que hoy tienen su propia autonomía.   Conseguimos colaboraciones que ni en sueños habríamos imaginado: Camper, Springfield, L’Occitane, Flax & Kale, el Cenador de Amós… cada una de ellas fue una oportunidad para demostrar que la moda consciente no es una utopía, sino una posibilidad real.   Pero más allá de los logros, lo que de verdad me emociona son las personas. Vosotrxs.    Cada compra, cada mensaje, cada palabra de aliento nos sostuvo. Gracias a vuestra confianza, este sueño fue real. Hemper ha sido mucho más que mochilas, gorras o colecciones. Ha sido una red. Una familia. Un proyecto con alma.   Y aunque ahora cerremos, nuestro impacto no termina. En Nepal, los talleres siguen vivos. El saber hacer, el empoderamiento, la regeneración… eso no desaparece. Eso sigue creciendo. Si os preguntáis cómo seguir ayudando es comprando piezas que aún nos quedan de stock ❤️ Siempre seréis parte de esta familia que soñó, y logró, cambiar las reglas del juego.   Con amor y gratitud infinita, Gloria