¿Quién le enseñó a una madre a proteger a su hijo? Nadie. Porque no hizo falta. Desde el momento en que nace una cría, algo se activa. Un impulso ancestral, poderoso, imparable. La ciencia ha demostrado que la capacidad de proteger no es aprendida: es neurobiológica, hormonal y evolutivamente conservada. Hormonas como la oxitocina y la prolactina se liberan para promover el vínculo, la lactancia, el apego… y la defensa. Circuitos específicos en el cerebro se encienden al oír un llanto o sentir una caricia. Y todo esto sucede sin que nadie lo enseñe. Tanto en humanos como en otros mamíferos, este instinto ha sido clave para la supervivencia de las especies. No se trata solo de amor. Es un sistema diseñado para proteger la vida. 🔬 La ciencia lo confirma:
Desde que nacen las crías, se activan circuitos cerebrales en el sistema límbico que, modulados por oxitocina y prolactina, desencadenan comportamientos automáticos de vínculo y protección materna.
Esos reflejos son tan antiguos como la evolución misma¹². 🧠 ¿Dónde ocurre esto?
En una región del cerebro llamada área preóptica medial.
Ahí se integran las señales sensoriales del bebé (llanto, temperatura, olor, movimiento) con las respuestas motoras de protección.(3,4) 👶 En humanos, además, el neocórtex permite un procesamiento sofisticado de las emociones y el aprendizaje social:
Reconocemos el llanto de un bebé en milisegundos y respondemos sin pensarlo(5,6) 
No es casualidad que las madres, humanas o no, den la vida por sus crías.
La naturaleza las programó así para asegurar la supervivencia de la especie.
Y la ciencia ya lo comprobó. 📚 Referencias: 1. Rilling JK, Young LJ. Science. 2014;345(6198):771–6. 2. Lonstein JS, et al. Horm Behav. 2015;73:156–85. 3. Yu ZX, et al. Adv Exp Med Biol. 2020;1284:49–62. 4. Mota-Rojas D, et al. Front Psychol. 2022;13:1064444. 5. Broad KD, et al. Philos Trans R Soc Lond B Biol Sci. 2006;361(1476):2199–214. 6. Young KS, et al. Cereb Cortex. 2016;26(3):1309–21.