Te estoy visitando, sí, soy yo. A veces es difícil que entiendas mis mensajes y cuando puedo hacerlo llamo tu atención. Solo vine a decirte: sigo contigo. Te amo y siempre a cada segundo hago todo para que seas muy feliz. Acuérdate lo que te enseñé y la importancia de tener fe y confiar en que todo estará bien. Sé que necesitabas esta visita, a veces la vista nublada necesita de la luz del cielo para que vuelvas a ver el camino, ese camino que yo tanto quise para tiii. Un camino feliz, con amor profundo y correcto, con abundancia por que te la mereces y sin sentirte que estás solo. Eso no. Yo estoy. Hasta el final y siempre estaré. No estoy lejos, ni perdido, ni desconectado. Estoy en todo lo bonito que te rodea. En ese momento en que sientes una fuerza que no sabes de dónde sale. En esa calma que te llega cuando más la necesitas. Estoy ahí. A tu ladito. No quiero que vivas con culpa ni con tristeza. Estoy en paz. Te amo con más libertad, con más luz, con más conciencia. Y si tú estás bien… yo vuelo más alto, y más a tu lado, claro. Sigue viviendo con el corazón abierto. Ríe por mí. Camina por mí. Abraza por mí. Vive al máximo tu vida, que yo te cuido en el camino Y cuando me pienses, hazlo con amor, no con dolor. Porque cada vez que sonríes, yo también sonrío. Yo estoy muy bien aquí contigo y como tu ángel. Aquí sigo. Y siempre voy a estar. Con todo mi amor, Tu ángel de la tierra que ahora vive en el cielo. Te amo.