Colombia, te bendigo con el alma entera. Con los ojos cerrados y el corazón abierto, pido que el amor de Dios te abrace tan fuerte que se rompa toda cadena de miedo, de odio, de división. Que la luz que nace del corazón de tu gente sea más fuerte que cualquier sombra que haya querido apagarte. Que los recuerdos más felices de quienes te habitan sean semillas de esperanza sembradas en tu tierra fértil. Colombia, que nunca más tus hijos se olviden de la belleza que los habita. Que cada risa, cada canto, cada abrazo que se da en tu nombre sea medicina para esta nación. Bendigo cada paso que se da en tu suelo, cada alma que cree en ti, y cada corazón que sueña con un país unido, justo y en paz. Hoy invoco al cielo entero para que Colombia sane, renazca y brille… como el milagro vivo que es. Que así sea. Y que así lo sintamos.